miércoles, 14 de noviembre de 2012

Toors, el que ya casi se gradúa

Tenía tanto de no entrar a escribir, casi un año, pero en este momento en el que me debato entre descansar un ratito o mejor ponerme a trabajar en mi portafolio decidí que era importante registrar en esta especie de diario digital esta etapa que estoy pasando.

Estoy a 3 semanas y media de graduarme, de escuchar mi nombre en el Polyforum y pasar a recoger mi diploma, ahí van a estar mis papás y mis hermanas y la gente con la que me relacioné en la universidad en los cuatro últimos años. La presentación de las tesis de moda va a ser en mi zona favorita de la ciudad, el centro histórico, en la Torre Latinoamericana para ser más específico y cuando el frenesí de estas ultimas tres semanas pase ahí voy a estar yo, empezando una nueva etapa de mi vida, me atrevo a decir que mi etapa como adulto va a comenzar oficialmente.


Me gradúo con una colección que me deja contento, con oferta de trabajo y con las ganas de seguir aprendiendo más, mucho más, me gradúo con menos densidad capilar pero con más tatuajes, con el recuerdo de una relación y los intentos fallidos de varias más. Con gente que formó gran parte de mi desarrollo personal, laboral y creativo.


Empecé a tener una tomar clases formales de portugués, con las esperanzas puestas en mudarme a Sao Paulo y hacer alguna maestría y al mismo tiempo aprendí a disfrutar mucho más el DF, pasé tardes perdiendome en el centro, buscando materiales, intentando expresar en palabras lo que tenía en la cabeza para que los dependientes de las tiendas me entendieran, recorrí Reforma de Las Lomas a Hidalgo solo por lo mucho que me gusta la avenida y me senté en todos los lugares que se me antojaron a leer.


También, estuve frustrado al ver que los proyectos no resultaban como esperaba, que los materiales no funcionaban o que mis habilidades técnicas y manuales no eran necesarias para lograr mis objetivos, jornadas de 12 horas en un taller de costura haciendo que mis prendas funcionaran, e incluso descosiendo ropa para que mi modelo pudiera entrar en ella para mi shooting final.


Tengo que admitir que siento la misma mezcla de nervios y emoción que sientes cuando estás a punto de hablarle por primera vez a alguien que te gusta, o a punto de subirte a una montaña rusa, y al parecer lo mismo se siente cuando sientes la aguja introduciendo tinta en tu piel. Como esa incertidumbre que, me imagino, se debe sentir cuando saltas al vacío antes de que se abra tu paracaídas.


Aún no sé qué es lo que quiero logar con mi vida, pero sé que quiero ser importante, big ass famous, vivir en el centro por un tiempo y tener un boston terrier (o un weimaraner, dependiendo el espacio de mi casa).

Estoy feliz por lo que pasó conmigo estos cuatro años y estoy con ganas de saber qué va a pasar con mi vida y dónde voy a estar dentro de 4, 10 ó 15 años.